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sábado, 27 de abril de 2024

«La mejor autonomía estratégica, es la cohesión»

 

«La mejor autonomía estratégica, es la cohesión»

En la línea de los "neoidealistas", la ex presidenta estonia vuelve en esta entrevista sobre la necesidad de proseguir el esfuerzo de cohesión en torno al apoyo militar a Ucrania. Según ella, las transformaciones nacidas en medio de la prueba de la guerra deben permitir a la Unión profundizar internamente, pero también forjar relaciones más sólidas con sus vecinos del sur.

una conversación con la ex Presidenta estonia Kersti Kaljulaid


Cómo ve el posible final del conflicto en Ucraina? 

Es muy difícil hacer predicciones. Lo más importante es que todos los socios están dispuestos a apoyar a Ucrania hasta la victoria. Eso es lo que realmente importa. Lo más importante es que permanezcamos unidos, que la Unión reúna los recursos de los Estados miembros para ayudar a Ucrania. Sigamos proporcionando a los ucranianos lo que necesitan, eso es lo más importante en estos momentos.

¿Cómo ve el papel de la Unión Europea en la próxima fase? La reconstrucción, el proceso de adhesión…

La Unión tiene un importante papel que desempeñar en la preparación de Ucrania no sólo para obtener y utilizar los fondos de reconstrucción, sino también para salir de la fase de reconstrucción y pasar a depender de los flujos comerciales y financieros normales. Es necesario que Ucrania cree un espacio jurídico equivalente al que tenemos en la Unión Europea. En última instancia, los criterios de adhesión deben ser tales que podamos decirles a nuestras empresas: pueden invertir en Ucrania, los tratarán con justicia. Eso es sumamente importante.

Tenemos las herramientas para ayudar a Ucrania a construir instituciones fuertes e independientes. Eso es lo que piden los ucranianos. En 2014, los manifestantes ondeaban banderas europeas, hoy este sigue siendo su objetivo general.


"La mejor autonomía estratégica, es la cohesión", una conversación con la ex Presidenta estonia Kersti Kaljulaid - El Grand Continent (legrandcontinent.eu)


Están haciendo lo suficiente los países de Europa Occidental? 

Me sorprende muy positivamente la rapidez con la que se ha producido el cambio. Después de la Zeitenwende en Alemania, el presidente Macron en Francia dijo en la conferencia de seguridad de Múnich que no podemos negociar con nadie en el Kremlin… Es un cambio radical, y los ciudadanos franceses y alemanes lo apoyan. El porcentaje de personas que apoyan a Ucrania y su solicitud de adhesión a la Unión sigue siendo alto en toda Europa, a pesar de la preocupación por la inflación y el aumento de los precios de la energía.

Si miramos la situación desde el punto de vista de Ucrania, las cosas no van lo suficientemente rápido: seguimos diciendo que vamos rápido en las acciones de la Unión, pero allí el tiempo se mide en vidas humanas, no en horas, días o semanas. La impaciencia de los ucranianos es perfectamente comprensible.

¿Cuál es la razón principal de esta lentitud percibida en términos de ayuda militar? 

Muchos políticos no creían que los ucranianos fueran capaces de resistir.

Recuerdo que hace un año, en Múnich, unos días antes de que comenzara la invasión, nos preguntábamos qué iba a pasar, si iban a luchar. Recuerdo que dije que llevaban ocho años preparándose porque sabían que iba a ocurrir. Yo estaba convencida de que lucharían duro. Se ganaron el derecho a ser apoyados por su valentía. Por supuesto, habría sido mejor que hubiéramos reaccionado más rápidamente. La historia es lo que es. Todo el mundo ha mirado el mapa y ha visto el tamaño de Rusia, pero comparemos las cifras: Ucrania tiene 40 millones de personas motivadas. Rusia tiene 140 millones, pero no están motivados en absoluto. Paradójicamente, los números están del lado de Ucrania. No deberíamos haber mirado el mapa y haber visto esta Rusia enorme, era un mito. Es un país con una economía comparable a la de España, que además depende en gran medida de la exportación de materias primas. No es una economía del siglo XXI. Esto no significa que no sean peligrosos

Ha cambiado la postura de la Unión hacia China en el contexto de la guerra en Ucrania?

Sí, estoy segura de que todo el mundo ha comprendido que todos los autócratas están observando cómo estamos gestionando el conflicto. Hemos aprendido de ello. Ésta es otra razón por la que no podemos permitirnos transigir en Ucrania: no sólo sería injusto, sino que además iría en contra de nuestros propios intereses.

¿Cree que China está realmente dispuesta a mediar entre Ucrania y Rusia? 

Podría hacerlo, pero no creo que quiera. La situación es perfecta para Pekín. Rusia depende cada vez más de China, en tecnología, mercados, recursos… No hay límites. Rusia se está convirtiendo en un Estado vasallo de China. Creo que esta cuestión debe estar en el centro de las preocupaciones rusas. Tienen que encontrar una salida a la situación en la que se han encerrado. No hay salida para Putin, pero puede haberla para el resto del régimen.

Tendremos que seguir muy de cerca cualquier cambio.

La Unión se centra acertadamente en el flanco oriental, pero ¿no es necesario también un compromiso más activo con el sur?

Los países del sur de la Unión han comprendido muy bien lo que está en juego en el conflicto de Ucrania. Además, los países del Este se vuelven cada vez más hacia el Sur. En Estonia, tras nuestra campaña para convertirnos en miembro del Consejo de Seguridad de la ONU en 2020, hemos definido nuestra primera estrategia para África. Trabajamos con la Unión Africana y Smart Africa, sobre todo porque Estonia es un país pequeño, representamos el 0.01% de todo el dinero que los países europeos aportan juntos en ayuda al desarrollo. Es una gota en el mar. Pero si utilizamos nuestros recursos a través de Smart Africa para ayudar a los africanos a comprender las posibilidades del desarrollo digital, tenemos un valor. Ese es para mí el espíritu europeo: nosotros miramos al Sur, el Sur mira al Este. Cuanto más difíciles son los tiempos, más rápida es la reacción, más inmediata la comprensión.

El los meses que vienen, los líderes europeos tendrán que definir una nueva agenda estratégica para los próximos cinco años. ¿Cuáles deberían ser las principales prioridades?

Para mí, una primera cuestión es si queremos continuar con esta cohesión militar para ayudar a Ucrania. En caso afirmativo, necesitamos liberar recursos si queremos hacer más. Si pienso en la forma en que gestionamos nuestra política de cohesión -el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, el Fondo Social Europeo-, el hecho de que alguien pueda seguir siendo beneficiario durante infinitos periodos es un problema. De hecho, se te recompensa si no converges lo suficientemente rápido. 

Deberíamos fijar un límite para las dotaciones de cohesión. Quizá dos o tres periodos antes de abandonar las dotaciones individuales y concentrarnos más en lo que antes se llamaban Grandes Proyectos, que son esencialmente supranacionales, donde la Unión aporta un verdadero valor añadido. La acción europea no tiene mucho valor añadido en los proyectos individuales de los distintos Estados miembros en comparación con lo que puede hacer si se centra en grandes infraestructuras supranacionales, por ejemplo, parques eólicos, proyectos medioambientales que, por definición, no tienen fronteras… Las mejores partes del presupuesto son los gastos supranacionales. Por ejemplo, la investigación y el desarrollo, una parte fantástica del presupuesto europeo que realmente no tiene carácter geográfico. Pero cuando el marco financiero plurianual llega al Consejo para su aprobación, ¿dónde están los mayores recortes? Todo el mundo quiere preservar su propia dotación. Deberíamos ser capaces de superar esta dificultad.

 Kaljulaid Kaljulaid


Se cumplen 20 años de la gran ampliación de la Unión Europea. El 1 de mayo del 2004 accedieron al bloque un total de diez países: Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia Chipre y Malta. Se pasó de 15 a 25 Estados miembros.

Este es uno de los momentos más controvertidos de la historia de la UE. La Unión se extendió al este, doblando su tamaño y abarcando casi todo el continente, perdiendo por el camino la posibilidad de profundizar la integración.Entre integración y ampliación se eligió ampliación,

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